Armas suicidas del Japón

Después de la contienda muchisímos reporteros, periodistas y escritores han dedicado docenas de libros al intento de aclarar ante la mentalidad occidental la causa del fenómeno kamikaze. Pero nadie logró dar una respuesta valida a las preguntas que nuestra curiosidad y nuestras convicciones nos animan a formular. En realidad esto es muy lógico. Ninguno puede demostrar a quines se han formado en un ambiente empapado de determinada cultura y civilización, los sentimientos de quien por el contrario ha vivido en una sociedad marcada por una cultura diferente. Por ejemplo, es inútil tratar de juzgar con perspectivas occidentales, como hacen muchos, las acciones de quienes, por libre elección, han matado matándose. El único modo de observar el fenómeno en cuestión es encajarlo en el período en que se ha desarrollado y aceptar su realidad tal como es. Pero algo poco conocido es que junto a los kamikaze más famosos (los pilotos suicidas) hubo otros que actuaron en mar y tierra. Aunque fuese diferente el escenario que contempló su última acciñón, no fueron diferentes las modalidades e intenciones con que lo realizaron. Para obtener la destrucción del enemigo, se usaron con frecuencia ingenios construidos a propósito y que sólo permitian alcanzar el objetivo a costa de la muerte de quien los dirigía. Veamos algunas de estas armas.

1- Nakajima Kikka (Azahar).

Este avión birreactor, cuyo nombre ordinario era Kitsuka, aunque procediendo claramente del alemán ME 262, era de inspiración predominantemente nacional. Ideado inicialmente como avión de interceptación y bombardeo, había sido adapatado al empleo suicida por necesidades del momento. Dotado de excelentes características, los últimos días de la guerra lo vieron todavía en la fase de prototipo.

2- Yokosuka MXY7 Okha (Flor de Cerezo).

Se trataba de un ingenio que llevaba una ojiva de 1200 kg de explosivo, impulsado por una batería de tres cohetes que le hacían alcanzar la velocidad máxima de 925 km/h al final del picado. Pero demostró ser un ingenio de eficacia limitada. Sólo se fabricaron 852 ejemplares.

3-Nakajima Ki 115 Tsurugi (Espada).

Avión de hélice, monoplano monomotor de tipo convencional, era capaz de llevar una bomba de 500 kg a la velocidad máximade 522 km/h. De construcción muy económica, permitía ahorrar otros tipos de aviones. Se preparon un buen número de ejemplares, que no se utilizaron nunca.

4-Kaiten (Regreso del cielo).

Submarino de bolsillo pilotado por un sólo hombre que debía lanzar su ataque como los "maiali" italianos, con la diferencia que ya conocemos respecto al piloto. Eran depositados cerca del objetivo por submarinos o veloces unidades de superficie especialmente adaptadas. Fueron usados en diverso ataques (generalmente de noche), pero al parecer con pocos resultados. Sólo al final del conflicto se supo que los Kaiten habían averiado algunas unidades norteamericanas, entre ellas un portaviones.

5-Shinyo (El que vuelve del agua)

Se trataba de pequeñas embarcaciones de unos seis metros de largas, construidas como los barchini de asalto de la marina italiana. La diferencia consistía en que en este caso el piloto no abandonaba el casco antes del choque contra la nave enemiga, sino que se estrellaba contra ella a una velocidad de 30 nudos. Fueron construidos pocos más de 5000, pero se usaron poquísimos y sin resultados apreciables.

6- Bombas anticarro de pértiga.

Se trataba por lo general de bombas de mano anticarro con carga hueca tipo 3 que iban sujetas a la punta de uno o más bastones de madera para distanciarlas del operador unos 2 o 3 metros. Estas bombas, aprovechando el efecto de la carga hueca, eran capaces de perforar hasta 150 mm de coraza de acero si el operador, después de haber quitado el seguro, las empujaba con fuerza contra una planca vertical del carro enemigo. Siendo direccional el efecto de estas cargas, el estallido debería desarrollarse delante del arma pero en la realidad, aun destruyendo el carro, mataba en el acto al cazador.

Fuente:
"Crónica militar y política de la Segunda Guerra Mundial".